viernes, 27 de diciembre de 2013

lo que hace la diferencia...

"Mujeres menos descaradas dan, sin embargo, un nombre cariñoso al sexo del niño, le hablan de él como de una personita que fuese a la vez él mismo y otro distinto; según la frase citada, hacen de él, "un alter ego por lo general más astuto, más inteligente y más hábil que el individuo en cuestión".
Anatómicamente, el pene es perfectamente apto para desempeñar ese papel: destacado del cuerpo, se presenta como un juguetito natural, una especie de muñeco. De modo que se valorizará al niño al valorizar a su doble. Un padre me contaba que uno de sus hijos, a la edad de tres años, todavía orinaba sentado, rodeado de sus hermanas y primas, era un niño tímido y triste; un día su padre lo llevó consigo al cuarto de aseo y le dijo:  "Voy a enseñarte cómo lo hacen los hombres". A partir de entonces, el niño, orgulloso por orinar de pie, despreció a las niñas, "que orinaban por un agujero", su desdén provenía originariamente, no del hecho de que a ellas les faltase un órgano, sino porque no habían sido distinguidas e iniciadas por su padre."

El segundo sexo - Simone de Beauvoir




domingo, 22 de diciembre de 2013

emociones que sorprenden

"La Navidad más bella que había visto nunca, compuesta integramente de emociones desinteresadas y desprovista de todo ribete de oropel. Yo estaba solo bajo un enorme cielo estrellado, y recuerdo que una lágrima rodaba por mi mejilla helada, no era una lágrima de dolor ni de alegría, sino de la emoción creada por una vivencia intensa..."

The German soldier in World War II - Stephen G. Fritz



martes, 17 de diciembre de 2013

identidades difusas

"El cacique se deshizo de su nieto abandonándolo en la casa de un peón en otro de los fundos de su propiedad que debieron atravesar en su viaje a la capital. El bastardo creció como huacho sin nombre ni origen, criado por cualquiera, moquillento y desnutrido, confundido con los chiquillos moquillentos y desnutridos de la peonada. Seguramente, al hacerse hombre, él también tuvo hijos moquillentos y desnutridos, que esparcieron la sangre de los Azcoitía por toda la región, mezclándola con la de los campesinos del sur del Maule.  Cuando un caballero procrea bastardos en las mujeres de sus tierras, los hijos conservan con cierto orgullo la marca del bastardo hijo del patrón, y es como si este solapado orgullo acentuara en el bastardo las facciones del padre que todos, menos su padre y su madre oficial, señalan como suyo. Pero cuando una mujer es la que da a luz un bastardo, el hijo pierde inmediatamente todo vestigio de identidad, se borran todas las huellas de su origen exaltado: en este caso, no es sólo la barra negra que cruza los blasones sin borrar las armas, es la mancha que las oscurece y las estompa para que nadie vaya a reconocerlas, porque aquí no hay hijo, aquí no ha pasado nada..."

El obsceno pájaro de la noche - José Donoso




domingo, 15 de diciembre de 2013

cuando se levanta el vuelo

"Destapé el bote, saqué la luciérnaga y la deposité en el reborde que sobresalía unos tres centímetros del depósito. La luciérnaga no acababa de comprender dónde se encontraba en aquel momento. Dio una vuelta, tambaleándose, alrededor del perno y se subió  a unos desconchones de pintura que parecían costras. De momento, avanzó hacia la derecha, se dio cuenta de que aquello era un callejón sin salida y viró de nuevo hacia la izquierda. Después se encaramó muy despacio a la cabeza del perno y se acurrucó allí. Permaneció inmóvil, como si hubiese exhalado su último suspiro.
Yo la observaba apoyado en la barandilla. Durante mucho rato, ni la luciérnaga ni yo hicimos el menor movimiento. El viento fluía entre nosotros como si fuera un río. Las incontables hojas del olmo susurraban en la oscuridad.
Esperé una eternidad.
Fue mucho después que la luciérnaga levantó el vuelo. Desplegó sus alas como si se le hubiese ocurrido de repente y, un instante más tarde, ya estaba cruzando la barandilla y se sumergía en la envolvente oscuridad. Describió, ágil, un arco en torno al depósito, tal vez intentando recuperar el tiempo perdido y, tras permanecer unos instantes inmóvil observando cómo la línea de luz se extendía en el viento voló hacia el este.
Aún después que la luciérnaga hubiera desaparecido, el rastro de luz permaneció largo tiempo en mi interior. Aquella pequeña llama, semejante a un alma que hubiese perdido su destino, siguió errando eternamente en la densa oscuridad de mis ojos cerrados. Alargué la mano repetidas veces hacia esa oscuridad. Pero no pude tocarla. Aquella tenue luz quedaba siempre más allá de las yemas de mis dedos."

La luciérnaga - Haruki Murakami




jueves, 12 de diciembre de 2013

the whims of style

"I would like to note here only items of a few lines. And things as badly written as possible so as to stay away from literature. As I sometimes write my friends; the style of my letters is in inverse proportion to my friendship. With strangers, I am careful. With acquaintances, a little less so. With those whom I really love, not at all. Watching one´s language, whatever one may say, distorts thought. I prefer the approximate word, the ordinary, the first at hand to the precise word which has slowed down thought for even a few seconds and by that fact has robbed it of spontaneity. I have some of the same feelings about my novels. That´s why it is so laborious for me to correct them. One of the reasons. The principal reason being that once written they are alien to me."

When I was old - Georges Simenon




martes, 10 de diciembre de 2013

desequilibrio balanceado

"Acabo de hablar de división del trabajo -prosiguió él- Y, como en toda división del trabajo propiamente dicha, nosotros dos también desempeñamos una función. No nos limitamos sólo a recibir. La relación no es unidireccional, claro está. ¿Cómo se lo explicaría? Nosotros dos, no haciendo nada, compensamos su exceso. Así se mantiene el equilibrio. Corregimos todo lo que se deriva de su superabundancia. Ésta es nuestra razón de existir. ¿Entiende lo que le quiero decir?
Le respondí que me daba la impresión de que sí, pero que no estaba seguro. Él se rió en voz baja.
- La familia es algo extraño- dijo él-. La familia se tiene, como premisa, a sí misma. De no ser así, no funciona como sistema. En este sentido, mis piernas inmovilizadas son un emblema para mi familia. La mayoría de las cosas giran en torno a mis piernas muertas.
Sus dedos continuaban tamborileando sobre la mesa. Pero no se advertía impaciencia alguna en sus gestos. Mientras movía los dedos iba pensando en silencio, a su propia ritmo.
-Una de las características principales de este sistema es que las carencias tienden a ser cada vez mayores, pero también tiende a serlo la superabundancia. Claude Debussy, cuando le costaba mucho avanzar en la composición de una ópera, solía decir: "Dedico todo mi tiempo a perseguir la nada (le rien) que ella crea" . Pues mi trabajo consiste en crear ese rien."

El cuchillo de caza - Haruki Kurakami


viernes, 6 de diciembre de 2013

el molde y su sombra

"— A los cinco años, como los demás niños, tuve que examinarme para entrar en una de las mejores escuelas primarias. Si hubiera aprobado, habría podido, un día, ir a una de las mejores universidades. A los cinco años, ya lo sabía. Pero no lo conseguí."


Me di cuenta de que estaba temblando.
— Mis padres no dijeron nada. Estaban decepcionados. A los cinco años, mi padre sí lo había conseguido. Esperé a que llegara la noche y lloré.


Rompió a llorar. Abracé su cuerpo, muy tenso a causa del sufrimiento. Me habían hablado de esos horribles procesos de selección japoneses, impuestos mil veces demasiado pronto a unos niños conscientes de la importancia del reto.
— A los cinco años supe que no era lo bastante inteligente.
— Es falso. A los cinco años supiste que no habías sido seleccionado.
— Sentí que mi padre pensaba: «No pasa nada. Es mi hijo, ya ocupará mi lugar.» Mi vergüenza empezó entonces y todavía dura.


Lo abracé contra mí, murmurando palabras de consuelo, asegurándole que era inteligente. Lloró durante mucho rato y luego se quedó dormido. Fui a contemplar la noche sobre una ciudad en la que, cada año, la mayoría de los niños de cinco años se enteraban de que habían fracasado en la vida. Me pareció escuchar conciertos de lágrimas contenidas.

Rinri salía adelante siendo el hijo de su padre: era un modo de compensar un sufrimiento por una verdadera vergüenza. Pero los demás, los que fracasaban en las pruebas, sabían desde su más tierna infancia que, en el mejor de los casos, se convertirían en carne de cañón. Y luego se sorprenden de que tantos adolescentes japoneses se suiciden."

Ni de Eva ni de Adán -  Amélie Nothomb





 

sábado, 23 de noviembre de 2013

un momento crucial

"Pero lo que fundamentalmente ocupaba mi mente era el problema de cómo debía yo actuar, una vez convertido en confidente de esta revelación. Había comprobado que el hombre era inteligente, vigilante, concienzudo y exacto. ¿Pero durante cuánto tiempo podía seguir así en su estado de ánimo? A pesar de lo humilde de su cargo tenía una importantísima responsabilidad. ¿Me gustaría a mí, por ejemplo, arriesgar mi propia vida confiando en la posibilidad de que continuase ejerciendo su labor con precisión? Incapaz de no sentir que sería una especie de traición si informase a sus superiores de lo que me había dicho sin antes hablar claramente con él para proponerle una postura intermedia, resolví por fin ofrecerme para acompañarlo (conservando de momento el secreto) al mejor médico que pudiéramos encontrar por aquellos alrededores y pedirle consejo. Me había advertido que la noche siguiente tendría un cambio de turno, y saldría una hora o dos después del amanecer, para empezar de nuevo después de anochecer. Yo había quedado en regresar de acuerdo con este horario."

El guardavías - Charles Dickens







lunes, 18 de noviembre de 2013

unclaimed

"X sat looking at the door for a long while, then turned his chair around toward the writing table and picked up his portable typewriter from the floor. He made space for it on the messy table surface, pushing aside the collapsed file of unopened letters and packages. He thought if he wrote  letter to an old friend of his in New York there might be some quick, however slight, therapy in it for him. But he couldn´t insert his notepaper into the roller properly, his fingers were shaking so violently now. He put his hands down at sides for a minute, then tried again, but finally crumpled the notepaper in his hand.
He was aware that he ought to get the wastebasket out of the room, but instead of doing anything about it, he put his arms on the typewriter and rested his head again, closing his eyes."

For Esmé , with love and squalor - J.D.Salinger


sábado, 16 de noviembre de 2013

¿el final existe o se hace?

"En el barco teníamos un entretenimiento que nos ayudaba a pasar el tiempo..., al menos por la noche, en el salón de fumadores, cuando los hombres se recuperaban de la monotonía y el aburrimiento del día. Consistía en terminar historias inacabadas. Es decir, alguien contaba una historia menos el final, y luego los demás trataban de proporcionar un final inventado por ellos mismos.  Cuando todos los que querían probar suerte terminaban, el hombre que había contado la historia relataba el final verdadero.  , y luego se podía elegir.  A veces los finales nuevos resultaban mejores que los antiguos. Pero la historia que requirió un esfuerzo más insistente, decidido y ambicioso fue una que no tenía final, por lo que no teníamos nada con lo que comparar los finales nuevos."

Un cuento sin final - Mark Twain


lunes, 11 de noviembre de 2013

una novela contundente

"La prosa narrativa extensa denominada novela, a falta de un mejor nombre, aún ha de sacudirse al mandato de su propia normalidad tal como se promulgó en el siglo XIX : relatar una historia poblada de personajes cuyas opciones y destinos son  los de la presunta vida real corriente.  Las narraciones que se desvían de esta norma artificial y cuentan otra clase de historias, o parecen no contar ninguna, se inspiran en tradiciones más venerables que la del siglo XIX, pero aún, hasta la fecha, parecen innovadoras, ultraliterarias o excéntricas.
Pienso en las novelas que se desarrollan sobre todo por medio del diálogo, novelas despiadadamente jocosas (y que por ende parecen exageradas) o didácticas; novelas cuyos personajes pasan la mayor parte del tiempo cavilando o discutiendo con un interlocutor cautivo sobre asuntos intelectuales o espirituales; novelas que se refieren a la iniciación, de una persona joven e ingenua, en una sabiduría desconcertante o en una abyección reveladora; novelas con personajes que cuentan con opciones sobrenaturales, como la transformación y la resurrección; novelas que evocan una geografía imaginaria. Parece extraño calificar los Viajes de Gulliver, el Cándido, Tristam Shandy, Jacques el fatalista y su amo, Alicia en el país de las maravillas, o la Correspondencia a través de la habitación de Gershenzon e Ivanov, El castillo de Kafka, El lobo estepario de Hesse, Las olas de Woolf, Juan Raro de Olaf Stapledon, Ferdyduke de Gombrowicz, Las ciudades invisibles de Calvino, o incluso las narraciones pornogáficas, simplemente de novelas. Para plantear que estas se encuentran en los distritos periféricos de la tradición principal de la novela, se invocan etiquetas especiales:
Ciencia-ficción
Cuento, fábula, alegoría
Novela filosófica
Novela onírica
Novela visionaria
Literatura fantástica
Literatura de sabiduría
Parodia
Excitante sexual

La convención dicta que adjudiquemos muchas proezas literarias perdurables de los últimos siglos a una u otra de estas categorías.
La única novela que conozco que se ajusta a todas ellas es la extremadamente original, taciturna y divertidísima Bajo el glaciar de Halldór Laxness."

Al mismo tiempo (Ensayos y Conferencias) - Susan Sontag


miércoles, 6 de noviembre de 2013

la fuerza bruta

"La mujer de Curley se separó un poco del hombre y opinó: -Me parece que usted está loco.
-No, no es cierto -explicó diligentemente Lennie- George dice que no estoy loco.  Me gusta acariciar cosas lindas con los dedos, cosas suaves.
- Bueno, dijo la mujer, algo tranquilizada - ¿ a quién no le gusta? A todo el mundo le gusta.  A mí me gusta palpar la seda y el terciopelo. ¿A usted le gusta tocar terciopelo?
- Claro que sí, por Dios. - repuso Lennie riendo de placer - Y también tuve un poco, hace tiempo. Una señora me dio un poco, y esa señora era.... mi tía Clara. Me lo regaló.... un pedazo así de grande. Me gustaría ahora tener ese terciopelo - Se le arrugó el ceño - Lo perdí. Hace mucho que no lo veo.
- Está loco de remate - rió la mujer de Curley - Pero no es malo. Como un niño grande. Pero una puede comprender lo que dice. A veces, me peino, me quedo sentada acariciándome el cabello porque es tan suave. -Para mostrar cómo lo hacía, se pasó los dedos sobre lo alto de la cabeza. -Hay quienes tienen el pelo muy áspero. -comenzó complacida- Como Curley. Tiene el pelo como alambre. Pero el mío es lindo y sedoso. Claro que me lo cepillo mucho. Por eso es lindo. Vea... pase la mano por aquí. -Tomó la mano de Lennie y se la llevó sobre la cabeza. - Toque aquí y vea qué sedoso es.
Los grandes dedos de Lennie empezaron a acariciarle el cabello.
- No me lo enrede - pidió la mujer.
- Oh ¡qué lindo ! . -exclamó Lennie, y acarició con más fuerza- ¡Qué lindo!
- Cuidado, ahora me lo va a enredar . - Y luego gritó furiosa la mujer: -¡Basta ya, me va a enredar todo el cabello! -Hizo bruscamente a un lado la cabeza, y los dedos de Lennie se cerraron en sus cabellos y los apretaron.
- ¡Suelte, suélteme, le digo !
Lennie estaba en pánico. Se contorsionó su rostro. Gritó entonces la mujer, y la otra mano de Lennie se cerró sobre su boca y su nariz.
- No, por favor, - rogó - ¡Oh! por favor, no haga eso, George se va a enojar.
Ella luchó violentamente bajo las manos enormes. Se sacudieron sus pies sobre el heno y serpenteó todo su cuerpo para liberarse; y por debajo de la mano de Lennie surgió un chillido ahogado. Lennie empezó a gritar de terror.
- Oh, por favor no haga eso -volvió a rogar - George va a decir que hice un disparate. No me va a dejar cuidar los conejos. - Movió un poco la mano, y surgió un áspero grito. Entonces Lennie se encolerizó -Le he dicho que no. No quiero que grite. Me va a meter en un lío, como dijo George. No haga eso -Y ella continuó luchando , desorbitados los ojos de terror. -No siga gritando -dijo Lennie y la sacudió, y el cuerpo de la mujer se movió flácidamente como un pez. Y luego quedó quieto, porque Lennie le había quebrado el cuello."

De ratones y hombres - John Steinbeck

lunes, 4 de noviembre de 2013

el rigor de lo normal

" Se sentó en la cama y me explicó que habían tomado informes sobre mi vida privada. Se había sabido que mi madre había muerto recientemente en el asilo. Se había hecho entonces una investigación en Marengo. Los instructores se habían enterado de que «yo había dado pruebas de insensibilidad» el día del entierro de mamá. «Usted comprenderá», me dijo el abogado, «me molesta un poco tener que preguntarle esto. Pero es muy importante. Si no encuentro alguna propuesta será un sólido argumento para la acusación». Quería que le ayudara. Me preguntó si había sentido pena aquel día. Esta pregunta me sorprendió mucho y me parecía que me habría sentido muy molesto si yo hubiera tenido que formularla. Sin embargo, respondí que había perdido un poco la costumbre de interrogarme y que me era difícil informarle. Sin duda quería mucho a mamá, pero eso no quería decir nada. Todos los seres normales habían deseado más o menos la muerte de aquellos a quienes amaban. Aquí el abogado me interrumpió y pareció muy agitado. Me hizo prometer que no diría tal cosa en la audiencia ni ante el juez instructor. Le expliqué que tenía una naturaleza tal que las necesidades físicas alteraban a menudo mis sentimientos. El día del entierro de mamá estaba muy cansado y tenía sueño, de manera que no me di cuenta de lo que pasaba. Lo que podía afirmar con seguridad es que habría preferido que mamá no hubiese muerto. Pero el abogado no pareció conforme. Me dijo: «Eso no es bastante.» "

El extranjero - Albert Camus







viernes, 1 de noviembre de 2013

self discovery


The shadow, then, of the life of the college passed gravely over his consciousness. It was a grave and ordered and passionless life that awaited him, a life without material cares. He wondered how he would pass the first night in the novitiate and with what dismay he would wake the first morning in the dormitory. The troubling odour of the long corridors of Clongowes came back to him and he heard the discreet murmur of the burning gasflames. At once from every part of his being unrest began to irradiate. A feverish quickening of his pulses followed, and a din of meaningless words drove his reasoned thoughts hither and thither confusedly. His lungs dilated and sank as if he were inhaling a warm moist unsustaining air and he smelt again the moist warm air which hung in the bath in Clongowes above the sluggish turf-coloured water.
Some instinct, waking at these memories, stronger than education or piety, quickened within him at every near approach to that life, an instinct subtle and hostile, and armed him against acquiescence. The chill and order of the life repelled him. He saw himself rising in the cold of the morning and filing down with the others to early mass and trying vainly to struggle with his prayers against the fainting sickness of his stomach. He saw himself sitting at dinner with the community of a college. What, then, had become of that deep-rooted shyness of his which had made him loth to eat or drink under a strange roof? What had come of the pride of his spirit which had always made him conceive himself as a being apart in every order?
The Reverend Stephen Dedalus, S.J.
His name in that new life leaped into characters before his eyes and to it there followed a mental sensation of an undefined face or colour of a face. The colour faded and became strong like a changing glow of pallid brick red. Was it the raw reddish glow he had so often seen on wintry mornings on the shaven gills of the priests? The face was eyeless and sour-favoured and devout, shot with pink tinges of suffocated anger. Was it not a mental spectre of the face of one of the jesuits whom some of the boys called Lantern Jaws and others Foxy Campbell?
He was passing at that moment before the jesuit house in Gardiner Street and wondered vaguely which window would be his if he ever joined the order. Then he wondered at the vagueness of his wonder, at the remoteness of his own soul from what he had hitherto imagined her sanctuary, at the frail hold which so many years of order and obedience had of him when once a definite and irrevocable act of his threatened to end for ever, in time and in eternity, his freedom. The voice of the director urging upon him the proud claims of the church and the mystery and power of the priestly office repeated itself idly in his memory. His soul was not there to hear and greet it and he knew now that the exhortation he had listened to had already fallen into an idle formal tale. He would never swing the thurible before the tabernacle as priest. His destiny was to be elusive of social or religious orders. The wisdom of the priest's appeal did not touch him to the quick. He was destined to learn his own wisdom apart from others or to learn the wisdom of others himself wandering among the snares of the world.
The snares of the world were its ways of sin. He would fall. He had not yet fallen but he would fall silently, in an instant. Not to fall was too hard, too hard; and he felt the silent lapse of his soul, as it would be at some instant to come, falling, falling, but not yet fallen, still unfallen, but about to fall."

A portrait of the Artist as a Young Man - James Joyce


jueves, 31 de octubre de 2013

entre la vida y la muerte

"Otras veces el viento llegaba furioso, a latigazos, a mordiscos.  Solía traer consigo impulsivos golpes de lluvia, múltiples dedos mojados, relámpagos efectistas y truenos de utilería.  Todo formaba parte del orden artificialmente natural de las cosas, de la sabiduría del demiurgo, de la inocencia inventada.  Pero el castillo sentía que él no se ajustaba a ese orden. No era obra de la naturaleza: ni roca viva ni peñón altivo. Pero tampoco era cosa del hombre: lugar donde se come, se duerme, se copula, se vive. Era sólo una excrecencia de otro tiempo, definitivamente ido. El castillo comprendía que su culpa consistía en no haber perdido la vida en el momento oportuno, con gracia con dignidad, permaneciendo en cambio erguido en un inútil desafío a nada o a nadie. Eso no tenía remedio. Es difícil vivir en un sueño hibernal, pero más difícil aún morir cuando la ocasión ha pasado."

Fabulario - Eduardo Gudiño Kieffer


miércoles, 23 de octubre de 2013

detectando el peligro

"Todos los niños son buenos sujetos hipnóticos...Tan buenos, que cuatro de cada cinco de ellos pueden ser llevados a estados de sonambulismo. En los adultos la proporción se invierte. Cuatro de cada cinco no pueden ser llevados a un estado de sonambulismo. De cada cien niños¿cuáles son los veinte que crecerán y serán sugestionables hasta el sonambulismo?

- ¿ Pueden descubrirlos por anticipado? preguntó Will - y en caso afirmativo ¿de qué sirve descubrirlos?

- Podemos descubrirlos -respondió Menon- y es muy importante que lo descubramos. Particularmente importante en su parte del mundo. Hablando en términos políticos, el veinte por ciento que puede ser hipnotizado con facilidad y hasta el límite es el elemento más peligroso de las sociedades de ustedes.

-¿Peligroso?

-Porque esas personas son las víctimas predestinadas del propagandista. En una democracia anticuada, precientífica, cualquier orador respaldado por una buena organización puede convertir a ese veinte por ciento de sonámbulos en potencia en un ejército de fanáticos dedicados a la mayor gloria y poder de su hipnotizador. Y bajo una dictadura los mismos sonámbulos en potencia pueden ser llevados a una fe implícita y movilizados como el duro núcleo del partido omnipotente. De modo que ya ve lo importante que es que toda sociedad que valore la libertad pueda descubrir a los futuros sonámbulos cuando todavía son jóvenes. Una vez descubiertos, se les puede hipnotizar y adiestrar en forma sistemática para que no sean hipnotizables por los enemigos de la libertad y al mismo tiempo, por supuesto, sería aconsejable que reorganizaran su orden social a fin de hacer difícil o imposible que los enemigos de la libertad surjan o tengan alguna influencia."


La isla - Aldous Huxley


 

sábado, 12 de octubre de 2013

the modes of existence

"But who was Putois?" asked Pauline.
Instead of replying her father began to laugh, and Madmoiselle Bergeret also laughed, though her lips were closed.
Pauline looked first at one and then at the other. It seemed to her odd that her aunt should laugh so heartily, and odder still that she should laugh at the same thing as her brother, for strange to say the minds of the brother and the sister moved in different grooves.
"Tell me who Putois was, papa. Since you want me to know, tell me"
"Putois, my child, was a gardener. The son of honest farmers of Artois, he had set up as a nursery-man at Saint-Omer. But he was unable to please his customers and failed in business. He gave up his nursery and went out to work by the day. His employers were not always satisfied"
At these words, Madmoiselle Bergeret, still laughing, remarked:
"You remember, Lucien, when father couldn´t find his ink-pot, his pens, his sealing-wax or his scissors on his desk, how he used to say: "I think Putois must have been here..."
"Ah! , said Monsieur Bergeret, Putois had not a good reputation"
"Is that all?" asked Pauline.
"No, my child it is not all. There was something odd about Putois; we knew him, he was familiar to us and yet..." "He did not exist," said Zoé.
Monsieur Bergeret looked reproachfully at her.
"What a thing to say, Zoé! Why thus break the charm? Putois did not exist! Dare you say so, Zoé! Can you maintain it? Before affirming that Putois did not exist, that Putois never was, you should consider the condition of being and the modes of existence. Putois existed, sister. But it is true that his was a peculiar existence."

Putois - Anatole France


lunes, 7 de octubre de 2013

algo así como atados

"- Y entonces me puse a pensar, sólo que no era preciso pensar, sino algo mucho más íntimo y más profundo. Me puse a pensar cómo éramos sagrados cuando éramos una sola cosa, y que la humanidad es sagrada cuando es una sola cosa. Y que sólo deja de ser sagrada cuando algún miserable pretende algo que no es suyo y corre por su cuenta, molestando, arrastrando a otros y riñendo con todos. Esos hombres son los que acaban con su calidad sagrada. Pero cuando todos trabajan juntos, no un hombre para otro, sino algo así como atados al mismo rebaño..., entonces todo va bien, entonces es sagrada. Y me pue a pensar en que ni siquiera sabía qué era lo que yo llamaba sagrado."

Las uvas de la ira - John Steinbeck


jueves, 3 de octubre de 2013

la riqueza

"La casa en la que vivíamos tenía habitaciones grandes y altas, con persianas de color verde oscuro.  Cuando estaban bajadas para protegernos del sol, me gustaba mover la cabeza para ver los destellos de luz por los agujeros y las ranuras.  Otra cosa que me gustaba mirar era las manchas de la chimenea, las antiguas y las recientes, que yo transformaba en animales, caras de personas, incluso ciudades lejanas.  Un día se lo conté a mis dos hijos, y su padre, Dan Casey, dijo :  "Es que como los padres de vuestra madre eran tan pobres no podían comprar un televisor, así que tenían manchas en el techo. ¡Vuestra madre tenía que conformarse con ver las manchas del techo!" Le encantaba tomarme el pelo porque yo pensaba que la pobreza era algo estupendo."

El progreso del amor - Alice Munro


martes, 1 de octubre de 2013

interpretando la máscara

"Bailar solo cobra sentido cuando se interpeta como otra cosa, algo que la gente prefiere no admitir.  Esa otra cosa es lo verdaderamente importante:  el baile no es más que la máscara.  Sacar a bailar a una chica significa hacerle proposiciones; aceptar la invitación a bailar significa el consentimiento a las proposiciones; y bailar es la representación  y prefiguración de la relación.  Las correspondencias son tan obvias que se pregunta por qué la gente se molesta en bailar ¿Para qué arreglarse, para qué los movimientos rituales, para qué la gran parodia? "

Escenas de una vida de provincias - J. M. Coetzee


sábado, 28 de septiembre de 2013

sobre carne y espíritu

"Un callejón desciende, gira, acaba sin salida. Se abre una puerta. Un rostro sonríe, acogedor. De buenas a primeras, Lefty se encuentra en un sofá junto a tres soldados griegos, mirando a siete mujeres regordetas y perfumadas, repartidas en dos sofás frente a ellos. (Un fonógrafo toca una canción de moda que suena en todas partes:  "Cada mañana, cada mañana...") Y ahora ya ha olvidado completamente su oración, porque Lefty (cuando la madama dice "La que más te guste, corazón") pasea la mirada por la circasiana rubia de ojos azules, la armenia que como un melocotón con aire insinuante y la mongola del flequillo; sus ojos siguen buscando y se detienen en la chica al extremo del sofá más apartado, una muchacha muy callada, de ojos tristes, piel perfecta y trenzas negras. ("Hay una vaina para cada daga"), dice en turco la madama, y ríen las putas.) Inconsciente de los efectos de su atractivo, Lefty se pone de pie, se estira la chaqueta, extiende la mano hacia la muchacha elegida... y solo cuando ella lo conduce escaleras arriba le dice una voz en su cabeza que esa chica es la más parecida a..., y tiene un perfil igualito que..., pero ahora han llegado a la habitación con sus sábanas usadas, su lámpara de aceite de color sanguinolento, su olor a agua de rosas y pies sucios. En la intoxicación de sus jóvenes sentidos, Lefty no presta atención a las crecientes similitudes que la muchacha revela al desnudarse. Su mirada absorbe los amplios pechos, la delgada cintura, el pelo que cae en cascada sobre el coxis indefenso; pero Lefty no establece relación alguna. La muchacha le prepara un narguile. Pronto empieza a flotar, dejando de oír la voz en su cabeza. En el dulce sueño de hachís de las horas siguientes, pierde la noción de quién es y con quién está.  Los miembros de la prostituta se convierten en otra mujer. Pronuncia un nombre varias veces, pero está demasiado colocado para darse cuenta. Sólo después, al despedirlo, la muchacha lo devuelve a la realidad.
- A propósito, me llamo Irini. Aquí no hay ninguna Desdémona."

Middlesex - Jeffrey Eugenides



miércoles, 25 de septiembre de 2013

descubrimientos indeterminados

"El piquete se formó, se cuadró. Hladik, de pie contra la pared del cuartel, esperó la descarga. Alguien temió que la pared quedara maculada de sangre; entonces le ordenaron al reo que avanzara unos pasos. Hladik, absurdamente, recordó las vacilaciones preliminares de los fotógrafos. Una pesada gota de lluvia rozó una de las sienes de Hladik y rodó lentamente por su mejilla; el sargento vociferó la orden final.
El universo físico se detuvo.
Las armas convergían sobre Hladik, pero los hombres que iban a matarlo estaban inmóviles. El brazo del sargento eternizaba un ademán inconcluso. En una baldosa del patio una abeja proyectaba una sombra fija. El viento había cesado, como en un cuadro. Hladik ensayó un grito, una sílaba, la torsión de una mano. Comprendió que estaba paralizado. No le llegaba ni el más mínimo rumor del impedido mundo. Pensó estoy en el infierno, estoy muerto. Pensó estoy loco. Pensó el tiempo se ha detenido. Luego reflexionó que en tal caso, también se hubiera detenido su pensamiento. Quiso ponerlo a prueba: repitió (sin mover los labios) la misteriosa égloga de Virgilio. Imaginó que ya los remotos soldados compartían su angustia; anheló comunicarse con ellos. Le asombró no sentir ninguna fatiga, ni siguiera el vértigo de su larga inmovilidad. Durmió, al cabo de un plazo indeterminado. Al despertar el mundo seguía inmóvil y sordo. En su mejilla perduraba la gota de agua, en el patio la sombra de la abeja, el humo del cigarrillo que había tirado no acababa nunca de dispersarse. Otro "día" pasó, antes que Hladik entendiera.  Un año entero había solicitado de Dios para terminar su labor: un año le entregaba su omnipotencia. Dios operaba para él un milagro secreto: lo mataría el plomo germánico, en la hora determinada, pero en su mente un año transcurriría entre el orden y la ejecución de la orden. De la perplejidad pasó al estupor, del estupor a la resignación, e la resignación a la súbita gratitud.
No disponía de otro documento que la memoria, el aprendizaje de cada hexámetro que agregaba le impuso un afortunado rigor que no sospechan quienes aventuran y olvidan párrafos interinos y vagos.
No trabajó para la posteridad ni aún para Dios, de cuyas preferencias literarias poco sabía. Minucioso, inmóvil, secreto, urdió en el tiempo su laberinto invisible. Rehizo el acto dos veces. Borró algún símbolo demasiado evidente: las repetidas campanadas, la música.  Ninguna circunstancia lo importunaba. Omitió, abrevió, amplificó; en algún caso, optó por la versión primitiva. Llegó a querer el patio, el cuartel; uno de los rostros que lo enfrentaban modificó su concepción del carácter de Roemerstadt. Descubrió que las arduas cacofonías que alarmaron tanto a Flaubert son meras superticiones visuales: debilidades y molestias de la palabra escrita, no de la palabra sonora... Dio término a su drama:  no le faltaba resolver sino un solo epíteto. Lo encontró; la gota de agua resbaló en su mejilla. Inició su grito enloquecido, movió la cara, la cuádruple descarga lo derribó.
Jaromir Hladik murió el veintinueve de marzo, a las nueve y dos minutos de la mañana."

Ficciones - Jorge Luis Borges


jueves, 19 de septiembre de 2013

difícil es definir

"Todo Chile es un forcejeo social. Un parto lleno de gritos y gestos crispados y poses aparentemente gélidas. En Chile, al menos en Santiago, los fórceps se ven constantemente. Pero es curioso: se ven los fórceps, no la criatura. Probablemente porque Chile tiene un embarazo histérico.  A mí me trae al fresco la definición de la chilenidad.  Tampoco me interesa la definición  - el fijar fronteras, cuando la naturaleza de las fronteras es naturalmente difusa- de la americanidad, ni de la españolidad, ni de la occidentalidad.  Creo que ya tenemos más que suficiente con el misterio del ser humano y sus construcciones mentales, por no decir nada de sus construcciones reales, tangibles, que en ocasiones se asemejan a a locura pura, y en ocasiones, más raras, a algo que podría parecerse a la felicidad, a la resignación y al  vacío."

Bolaño por sí mismo, Entrevistas escogidas - Selección y edición Andrés Braithwaite


domingo, 15 de septiembre de 2013

sueños lúcidos

"Por el techo abierto al cielo vi pasar parvadas de tordos, esos pájaros que vuelan al atardecer antes que la oscuridad les cierre los caminos.  Luego, unas cuantas nubes ya desmenuzadas por el viento que viene a llevarse el día.
Después salió la estrella de la tarde, y más tarde la luna.
El hombre y la mujer no estaban conmigo. Salieron por la puerta que daba al patio y cuando regresaron ya era de noche.  Así que ellos no supieron lo que había sucedido mientras andaban afuera.
Y esto fue lo que sucedió:
Viniendo de la calle, entro una mujer en el cuarto. Era vieja de muchos años, y flaca como si le hubieran achicado el cuero.  Entró y paseó sus ojos redondos por el cuarto. Tal vez hasta me vio. Tal vez creyó que yo dormía. Se fue derecho adonde estaba la cama y sacó de debajo de ella una petaca. La esculcó. Puso unas sábanas debajo de su brazo y se fue andando de puntitas para no despertarme.
Yo me quedé tieso, aguantando la respiración, buscando mirar hacia otra parte. Hasta que al fin logré torcer la cabeza y ver hacia allá, donde la estrella de la tarde se había juntado con la luna.

-¡Tome esto! - oí.
No me atrevía a volver la cabeza.
¡Tómelo! le hará bien. Es agua de azahar. Sé que está asustado porque tiembla. Con esto se le bajará el miedo.
Reconocí aquellas manos y al alzar los ojos reconocí la cara. El hombre, que estaba detrás de ella, preguntó:
-¿Se siente usted enfermo?
-No sé. Veo cosas y gente donde quizá ustedes no vean nada. Acaba de estar aquí una señora. Ustedes tuvieron que verla salir.
-Vente- le dijo él a la mujer - Déjalo solo. Debe ser un místico.
-Debemos acostarlo en la cama. Mira como tiembla, de seguro tiene fiebre.
- No le hagas caso. Estos sujetos se ponen en este estado para llamar la atención. Conocí a uno en la Media Luna que se decía adivino. Lo que nunca adivinó fue que se iba a morir en cuanto el patrón le adivinó lo chapucero. Ha de ser un místico de esos. Se pasan la vida recorriendo los pueblos "a ver lo que la Providencia quiera darles" , pero aquí no va a encontrar ni quien le quite el hambre ¿Ves como ya dejó de temblar?  Y es que nos está oyendo."

Pedro Páramo  - Juan Rulfo

viernes, 13 de septiembre de 2013

el tiempo lo agiganta

"- ¿Cómo veías el experimento de la vía chilena al socialismo?
- Cuando volví a Chile, poco antes del golpe, creía en la lucha armada, creía en la revolución permanente y creía que eso estaba ya. Volví dispuesto a luchar en Chile y después dispuesto a seguir luchando en Perú, en Bolivia.
- Allende para usted sería como un abuelo conservador.
- Allende, para nosotros, en aquellos años era más bien conservador. Lo que pasa es que su figura, en lo que a mi respecta, ha ido cambiando muchísimo a través del tiempo.  Recuerdo que el 11 de septiembre, en un momento, estoy esperando que me den armas para ir a luchar y escucho a que Allende dice en su discurso poco menos, entre líneas, váyanse a sus casas, ya pasará el tiempo y volverá a caminar el hombre nuevo por las Alamedas abiertas. A mí en ese momento me pareció algo terrible, casi una traición que nos hacía Allende cuando los jóvenes estábamos dispuestos a pelear con él.  Con el tiempo, ésa es una de las cosas que han ennoblecido a Allende: evitarnos la muerte, aceptar la muerte para él mismo pero evitárnosla a nosotros. Yo creo que lo ha agigantado de una manera inmensa."

Bolaño por sí mismo (Entrevistas escogidas) - Selección y edición de Andrés Braithwaite




miércoles, 11 de septiembre de 2013

un huache...

"_ Papá, tengo que contarte algo, fíjate que en la montaña salimos a cazar conejos con un huache.  ¿Sabes lo que es un huache? Mira, te voy a explicar: tienes un palito así de largo y un alambrito, lo amarras, así, mira, y dejas una redondelita para que pase la pata del conejo y ¡zas! se tira el huache, el conejo queda agarrado por la pata y... - siguió explicando lo que era un huache a su papá, que apenas podía respirar y en ese momento se sentía perfectamente incapaz de prestarle atención a nada que no fuera el destino de nuestra familia."

La última noche que soñé con Julia - Elizabeth Subercaseaux



jueves, 5 de septiembre de 2013

una niña feliz

"La vida nos había dado la pobreza que a veces es triste, pero a mí me dio el inmenso cariño de un hogar armonioso, alegre.  Estoy segura que nací con un tesoro de felicidad adentro, no necesité hermosos juguetes ni vestidos deslumbrantes, ni hermosos zapatos; como yo no deseaba nada, así, todo lo tenía.
Mi madre se las ingeniaba para hacerme vestidos que yo encontraba maravillosos, no sé si lo eran, pero lo importante es que para mí no había en el mundo otros más lindos.  Teñía los géneros más baratos y le salían unos colores hermosísimos. Recuerdo, no sé por qué, un vestido color naranja, eran unas bolsas harineras que habia teñido, y en el ruedo y en el cuello les fue pasando hilitos verdes, azules y blancos.  Nunca lo he olvidado."

Mi vida junto a Pablo Neruda - Matilde Urrutia


martes, 3 de septiembre de 2013

la fe es racional

"Cierto día en que soplaba un viento frío, mientras vigilaba el parque, Aomame se percató de que creía en Dios. De pronto, descubrió ese hecho.  Como si las plantas de sus pies hubiesen hallado unos cimientos sólidos en el fondo del cieno blando.  Era una sensación inexplicable, una revelación imprevisible. Desde que tenía uso de razón había odiado a esa supuesta divinidad.  Más aún, había rechazado a las personas y el sistema que se interponían entre Dios y ella.  Durante mucho tiempo, para Aomame, esa gente y ese sistema habían sido sinónimos de Dios. Odiarlos a ellos era odiar a Dios.
Ellos habían estado a su alrededor desde que había venido al mundo. En nombre de Dios la habían dominado, le habían dado órdenes y la habían acorralado.  En nombre de Dios le habían arrebatado todo su tiempo y su libertad y habían aprisionado su corazón cargándolo de pesadas cadenas.  Ellos le habían predicado la bondad de Dios -redoblando su vehemencia- su ira y su intolerancia.  A los once años se armó de valor y por fin logró escapar de ese mundo. Pero para ello tuvo que sacrificar muchas cosas.
"Si Dios existiera, mi vida estaría repleta de luz, sería más natural y fecundo", pensaba Aomame a menudo. "Habría podido construir tantos bellos recuerdos de una infancia normal y corriente, sin el tormento de la cólera y el miedo constantes... Y mi vida sería mucho más positiva , reconfortante y satisfactoria"
A pesar de todo , mientras contemplaba el parque desierto por una rendija en el antepecho del balcón, con las manos sobre el vientre, no podía evitar reconocer que, en el fondo de su corazón, creía en Dios. Cuando de manera mecánica se ponía a rezar, cuando juntaba los dedos de las manos, realizaba actos de fe, por más que no fuera consciente de ello. "

1Q84 - Haruki Murakami



sábado, 31 de agosto de 2013

el paso del tiempo

"Las parejas jóvenes con hijos constituyen un tema interesante: la época de cambio, el momento crítico.  Durante un tiempo, los padres primerizos, seres sexuados por definición, se saben observados, objeto de comentarios, foco de atención, y tras ellos o alrededor corretean los preciosos hijos -"Ay.  que chico más guapo, qué niña más preciosa, ¿cómo te llamas? ¡Qué nombre más bonito!"- , y luego, de repente, o así lo parece, es como si los progenitores, ya no tan jóvenes, se encogieran, perdiesen estatura; en todo caso, pierden color y lustre. "¿Cuántos años dices que tiene él? ¿Y ella?" Los vástagos se espigan y les roban encanto.  Las miradas dejan de seguir a los padres para ir tras ellos. "Qué rápido crecen hoy en día ¿eh?"

Las abuelas - Doris Lessing


sábado, 24 de agosto de 2013

lo que no sabemos

"Recordaba a sus hijos cuando regresaban de la universidad, impacientes con él y su mujer, enamorados de su independencia recién adquirida, siempre deseosos de marcharse.  Eso atormentaba a su esposa y, aunque nunca lo hubiera reconocido, también le había hecho sufrir a él.  En aquellas ocasiones no podía por menos de pensar en los pequeños que habían sido, lo indefensos que estaban en sus brazos, necesitados de él para su supervivencia, sin conocer a nadie más.  Su mujer y él eran su mundo entero.  Pero con el tiempo esa necesidad se disipó, menguó hasta convertirse en algo amorfo, tenue, algo que en ocasiones amenazaba con quebrarse.  Esa pérdida también le estaba reservada a Ruma :  sus hijos se convertirían en desconocidos, la evitarían.  Y puesto que era hija suya quería protegerla de ello, tal como siempre había intentado protegerla de tantas cosas.  Quería resguardarla del deterioro que inevitablemente se daba en el curso del matrimonio, y de la conclusión que a veces temía que fuese cierta:  que toda la empresa de tener una familia, de traer hijos a este mundo, por gratificante que pudiera llegar a ser a veces, era una causa perdida desde el principio.  Pero todo eso no era más que especulaciones de un anciano, un anciano que ahora estaba portándose como un crío."

Tierra desacostumbrada - Jhumpa Lahiri


domingo, 18 de agosto de 2013

pastelero a tus pasteles

"Tengo llamó al amigo que lo sustituía en la academia y le preguntó cómo iban las cosas. El amigo le respondió que todo iba bien.
"-¿Qué tal tu padre?- añadió éste.
- Sigue en coma. Respira y tiene la temperatura y la tensión bajas, aunque estables. Pero está inconsciente. Seguramente no sufre. Es como si se hubiera ido al mundo de los sueños.
-Quizá sea una buena forma de morir. - comentó el otro sin mostrar el menor sentimiento. Lo que había querido decir era : <Quizá mi manera de hablar resulte poco delicada, pero, pensándolo bien, tal vez, en cierto modo, sea una buena forma de morir>. Había omitido el preámbulo. Tras pasar varios años en la facultad de Matemáticas, se había acostumbrado a hablar con elipsis. En él no era algo artificial.
-¿Te has fijado en la luna últimamente?- le preguntó de repente Tengo. Si había alguna persona en el mundo a la que no le hubiera extrañado que le preguntaran de pronto por la luna, era su amigo.
Pensó un poco antes de responder:
-Pues ahora que lo dices, no, no recuerdo haberme fijado en la luna en estos días ¿Qué le pasa?
-Cuando tengas un rato libre échale un  vistazo. Quiero ver qué te parece.
¿Qué me parece? ¿En qué sentido?
-En cualquier sentido. Quiero saber qué piensas al verla. Hubo una breve pausa.
-A lo mejor me resulta difícil explicarte lo que pienso.
-No te preocupes. Lo importante son sus características manifiestas.
-¿Quieres que mire la luna y te diga lo que pienso de sus  características manifiestas?
-Sí- dijo Tengo- Tú mírala. No hace falta que pienses nada.
-Hoy está nublado y no se verá, pero la próxima vez que esté despejado la miraré. Si me acuerdo, claro.
Tengo se lo agradeció y colgó. Si se acordaba. Ése era el problema de los matemáticos. En todo lo que no les concernía directamente, su memoria tenía una vida muy corta"

1Q84 - Haruki Murakami


sábado, 17 de agosto de 2013

octava maravilla del mundo

"-Está bien, Läufer, yo lo contaré -terció Roi para evitar un serio conflicto- Bersteinzimmer es una palabra alemana que significa Salón de Ámbar. ¡Toda una leyenda en la historia del arte! Fue construído por el artista danés Gottfried Wolffram a principios del siglo XVIII , durante el reinado del primer rey de Prusia, Federico I y era utilizado como habitación de fumar en el palacio de Charlottenburg, en Berlín.  Para que os hagáis una idea aproximada, he recuperado mis antiguas notas sobre el tema y puedo deciros que el Salón de Ámbar era un revestimiento de 55 metros cuadrados de placas de ámbar semitransparente del Báltico, en tonos que iban del amarillo al naranja, al que habría que añadir, además, el conjunto de muebles, mosaicos y accesorios labrados en el mismo material precioso. Como veis, es justa la definición de "octava maravilla del mundo" que le acompañó desde su creación."

El salón de ámbar - Matilde Asensi


jueves, 8 de agosto de 2013

¿qué será lo que quiere el pueblo?

"Tras la puerta entreabierta, la señora Péricand adivinaba la presencia de los otros criados; la doncella, Madeleine, llevada por la preocupación, llegó incluso a acercarse al umbral, infracción a las normas que la señora Péricand interpretó como un mal augurio.  Del mismo modo, cuando se produce un naufragio todas las clases sociales se juntan en cubierta.  Pero el pueblo no sabía mantener la calma. ´´Cómo se dejan llevar...¨, pensó la señora Péricand con desaprobación.  Era una de esas burguesas que creen en el pueblo. ´´No son malos, si sabes manejarlos´´, solía decir en el tono indulgente y un tanto apenado con que se habría referido a un animal enjaulado.  Presumía de conservar a sus criados por mucho tiempo.  Si caían enfermos, ella misma se encargaba de cuidarlos.  Cuando Madeleine había tenido anginas, la señora Péricand le había preparado los gargarismos personalmente.  Como el resto del día no tenía tiempo, lo hacía por la noche, a la vuelta del teatro.  Madeleine se despertaba sobresaltada y no mostraba agradecimiento hasta pasado un rato, y además de forma bastante fría, pensaba la señora Péricand.  Así era el pueblo; nunca estaba satisfecho y, cuanto más se desvivía una por él, más voluble e ingrato se mostraba. Pero la señora Péricand no esperaba más recompensa que la del Cielo."

Suite francesa - Iréne Némirovsky


lunes, 5 de agosto de 2013

actos de amor y fe

"Descolgué de mi hombro la bolsa de cuero y la apoyé blandamente sobre una tabla.  Con sumo cuidado deshice los nudos que la cerraban y tiré de los lados hasta dejar al descubierto un hermosísimo ícono ruso del siglo XVIII. Mis manos, que lo habían sujetado y manipulado con fría precisión mientras lo descolgaba del iconostasio de la pequeña iglesia ortodoxa de San Demetrio, lo acariciaron ahora con mimo y ternura como si fuera un delicado gatito recién nacido.  Una Virgen y un Niño de rostros estilizados y hieráticos me contemplaron en silencio desde la distancia de sus más de doscientos años de vida.  El monje que los había pintado lo había hecho respondiendo a uno de los procedimientos que habían permanecido inalterados a lo largo de los siglos:  pintar un ícono no era, ni mucho menos, lo mismo que pintar un cuadro religioso al estilo Zurbarán o Murillo; para un monje ortodoxo, pintar un ícono representaba un momento sagrado de su vida que empezaba con la oración y el ayuno previos a la preparación de las colas y pigmentos.  Por tradición, todos los colores tenían una significación estricta:  el azul representaba la trascendencia, el amarillo y el oro la gloria, y el blanco majestad.  Antes de emplear el blanco, por ejemplo, el monje debía pasar largas horas de rezos y penitencias, igual que antes de empezar a pintar los rostros, las manos y los pies, que eran las zonas más importantes de un ícono, las no cubiertas por vestiduras y que hacían que la imagen fuese realmente sagrada.  De hecho, a partir del siglo IX ( y la imagen que yo tenía delante no era una excepción) , se extendió masivamente en Rusia la costumbre de cubrir con revestimiento de oro o plata, llamado Rizza, la totalidad de la obra a excepción de esas partes del cuerpo, que debían quedar al aire."

El salón de ámbar  - Matilde Asensi

domingo, 4 de agosto de 2013

about awareness



 "For if the fish’s course held true I must see it for many more  hours. "I wonder how the baseball came out in the grand leagues today, he thought. It would be wonderful to do this with a radio."

Then he thought, think of it always. Think of what you are doing. You must do nothing stupid.

Then he said aloud, “I wish I had the boy. To help me and to see this.”


"No one should be alone in their old age, he thought. But it is unavoidable. I must
remember to eat the tuna before he spoils in order to keep strong. Remember, no matter how little you want to, that you must eat him in the morning. Remember," he said to himself.  "

 Ernest Hemingway - The old man and the sea


jueves, 1 de agosto de 2013

todo depende

"- Un minuto siempre dura lo mismo...Dura el tiempo que emplea la aguja del segundero en describir su círculo completo.
-Pero en eso no tarda siempre lo mismo...según nuestra apreciación.  En realidad, insisto: en realidad -repitió Hans Castorp, apretándose la nariz con el dedo con tanta fuerza que se le doblaba la punta-, en realidad se trata de un movimiento, un movimiento en el espacio, ¿no es cierto? ¡Espera! Medimos el tiempo por medio del espacio.  Pero eso es como si quisiésemos medir el espacio en función del tiempo, lo cual no se le ocurre más que a gente desprovista de rigor científico.  De Hamburgo a Davos hay veinte horas en ferrocarril...
Sí,claro, en tren. Pero a pie, ¿cuánto hay? ¿Y en la mente?  ¡Ni siquiera un segundo!

La montaña mágica - Thomas Mann


sábado, 27 de julio de 2013

una cuestión de palabras


 "De todas formas, no sintieron necesidad alguna de hablar. Se quedaron largo rato sentados, inmóviles; Askenasi recordaría más tarde que en la habitación contigua oía entrechocar platos - estaban poniendo la mesa, o quitándola después del desayuno- , percibió también la voz de su hija cuchicheando con la criada.  Pensó que no sólo Anna sino también su hijita, la criada y el mundo entero sabían -sin palabras ni explicaciones- lo que había ocurrido, que todo el mundo estaba ya al tanto de que Viktor Henrik Askenasi le había sucedido, a la edad de cuarenta y siete años, algo tan inexplicable e irreversible como si el día anterior lo hubiera atropellado un tranvía o le hubieran diagnosticado un cáncer mortal; ya nadie podía hacer nada, había que mantener la calma y la disciplina, y aguardar hasta el desenlace final.  En realidad le hubiera gustado iniciar una conversación amigable con Anna, compartir con ella aquella experiencia, al igual que lo habían compartido todo en la vida; le pareció imposible que ella no se sintiera feliz de que su marido, por fin, le hubiera sucedido algo singular, excepcional y extraordinario.  Pero no lograba dar con las palabras adecuadas para comunicarle la magnífica noticia. Aunque conocía las palabras hasta sus raíces más profundas y era capaz de seguir el rastro de las etimologías más oscuras, aunque trabajaba con las palabras como un albañil con los ladrillos, ahora le parecían instrumentos chapuceros, burdos e inútiles, hechos de una materia cruda y extraña"

La extraña  - Sándor Márai