jueves, 31 de octubre de 2013

entre la vida y la muerte

"Otras veces el viento llegaba furioso, a latigazos, a mordiscos.  Solía traer consigo impulsivos golpes de lluvia, múltiples dedos mojados, relámpagos efectistas y truenos de utilería.  Todo formaba parte del orden artificialmente natural de las cosas, de la sabiduría del demiurgo, de la inocencia inventada.  Pero el castillo sentía que él no se ajustaba a ese orden. No era obra de la naturaleza: ni roca viva ni peñón altivo. Pero tampoco era cosa del hombre: lugar donde se come, se duerme, se copula, se vive. Era sólo una excrecencia de otro tiempo, definitivamente ido. El castillo comprendía que su culpa consistía en no haber perdido la vida en el momento oportuno, con gracia con dignidad, permaneciendo en cambio erguido en un inútil desafío a nada o a nadie. Eso no tenía remedio. Es difícil vivir en un sueño hibernal, pero más difícil aún morir cuando la ocasión ha pasado."

Fabulario - Eduardo Gudiño Kieffer


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