viernes, 29 de agosto de 2014

no son todos los que están

"La noche en la prisión fue una novedad interesante. Cuando entré, los presos en mangas de camisa disfrutaban charlando y tomando el  fresco de la tarde en la puerta. Pero el carcelero dijo "Vamos, muchachos, es hora de cerrar!", y todos se dispersaron y oí el sonido de sus pasos volviendo a los oscuros aposentos. El carcelero me presentó mi compañero de celda como un "individuo inteligente y de buen natural" Cuando cerraron la puerta, me enseñó dónde podía colgar el sombrero y cómo se las arreglaba uno allí dentro. Blanqueaban las celdas  una vez al mes y ésta, si no las demás, era la habitación más  limpia de toda la ciudad. Mi compañero se interesó inmediatamente por mí; quería saber de dónde era y qué me había traído aquí, y cuando se lo dije le pregunté a su vez cómo había venido él, dando por supuesto que se trataba de un hombre honrado, y tal como está el mundo, creo que lo era "Pues -dijo- me acusan de incendiar un granero, pero no lo hice".  Según pude averiguar, probablemente había ido a dormir la borrachera a un granero y al fumar allí su pipa, el granero se incendió. Tenia fama de hombre listo, llevaba tres meses esperando el juicio y tendría que esperar otro tanto aún; pero se había adaptado y aceptaba su situación puesto que le mantenían gratis y lo trataban bien."

Desobediencia civil - Henry D. Thoreau




miércoles, 27 de agosto de 2014

entre público y privado


"Querida Glenda, esta carta no le será enviada por las vías ordinarias porque nada entre nosotros puede ser enviado así, entrar en los ritos sociales de los sobres y el correo.  Será más bien como si la pusiera en una botella y la dejara caer a las aguas de la bahía de San Francisco en cuyo borde se alza la casa desde donde le escribo; como si la atara al cuello de una de las gaviotas que pasan como latigazos de sombra frente a mi ventana y oscurecen por un instante el teclado de esta máquina. Pero una carta de todos modos dirigida a usted, a Glenda Jackson en alguna parte del mundo que probablemente seguirá siendo Londres; como muchas cartas, como muchos relatos, también hay mensajes que son botellas al mar y entran en esos lentos, prodigiosos sea-changes que Shakespeare cinceló en La Tempestad y que amigos inconsolables inscribirían tanto tiempo después en la lápida bajo la cual duerme el corazón de Percy Bysshe Shelley en el cementerio de Cayo Sextio, en Roma.
Es así, pienso, que se operan las comunicaciones profundas, lentas botellas errando en lentos mares, tal como lentamente se abrirá camino esta carta que la busca a usted con su verdadero nombre, no ya la Glenda Garson que también era usted pero que el pudor y el cariño cambiaron sin cambiarla, exactamente como usted cambia sin cambiar de una película a otra. Le escribo a esa mujer que respira bajo tantas máscaras incluso la que yo le inventé para no ofenderla, y le escribo, porque también usted se ha comunicado ahora conmigo debajo de esas máscaras de escritor; por eso nos hemos ganado el derecho de hablarnos así, ahora que sin la más mínima posibilidad imaginable acaba de llegarme su respuesta, su propia botella al mar rompiéndose en las rocas de esta bahía para llenarme de una delicia en la que por debajo late algo como el miedo, un miedo que no acalla la delicia, que la vuelve pánica, la sitúa fuera de toda carne y de todo tiempo como usted y yo sin duda lo hemos querido cada uno a su manera."

Botella de mar -  Epílogo a un cuento - Julio Cortázar




viernes, 22 de agosto de 2014

what warmed the street?

"Life in the district little resembled life in the places where the Luvers had always lived.  Here, the greater part of the day was bare and tedious. There was nothing for the eye to revel in. Whatever it encountered or gazed upon was completely useless except, perhaps, for a birch rod or broom. Coal lay scattered about. Dirty dishwater was poured into the street and immediately grew white, turning to ice. At certain hours the street was full of ordinary people. Factory workers crawled through the snow like cockroaches. Tearoom doors were opened on pulleys and billows of soapy steam  poured forth as from a laundry. It was strange, as if it had become warmer in the street, as if it had turned to spring, when steaming shirts ran past, round shouldered, and felt boots flashed by on skinny legs. The pigeons did not fear these crowds. They flew along the road to find some food. Was there a bit of millet, oats, or dung-seed scattered in the snow? The pieman´s stall was shining from the grease and warmth. This luster and heat fell into mouths rinsed with raw brandy. The grease inflamed their throats. And then it escaped along the road from their palpitating chests. Was it this that warmed the street? "

The childhood of Luvers - Boris Pasternak


miércoles, 20 de agosto de 2014

lo que abunda no daña

"-¡Vaya historia más rara! -dijo Tsukuru- Si los conservó hasta la edad adulta, ¿porqué decidió cortárselos?
- Sí, es un misterio. A raíz de ello, me interesé por el tema y estuve recabando información. Es un trastorno que se llama polidactilia, y muchas celebridades lo han padecido. No sé si será verdad, pero hay testimonios de que Hideyoshi Toyotomi tenía dos pulgares en una mano. Existen muchos otros casos. Pianistas, escritores, pintores, jugadores de béisbol... Entre los personajes de ficción, el doctor Hannibal Lecter de El silencio de los corderos tenía seis dedos. No se trata en absoluto de algo excepcional, y de hecho el gen que lo provoca es un gen dominante.  Al parecer, aproximadamente una de cada quinientas personas nace con seis dedos, aunque el porcentaje varía según las razas.  Sólo que a la mayoría, tal como he dicho antes, se lo amputan los padres antes del primer año de vida, cuando los dedos empiezan a desempeñar su función.  Por eso apenas tenemos ocasión de verlos. Yo, hasta que me trajeron aquel objeto perdido, ni siquiera sabía que existían personas con seis dedos."

Los años de peregrinación del chico sin color - Haruki Murakami




lunes, 18 de agosto de 2014

vivencias de Chiloé

"En la Escuela de Aucar en 1935, un profesor de la escuela castigaba a sus alumnos con un cinturón. El alumno se retorcía de dolor  y se escondía debajo de las bancas.  Quiso hacer lo mismo con otro alumno, pero éste se le enfrenta y ya no volvió nunca más a clases.  Siendo los padres gente campesina y humilde, no se atrevían a reclamar, entonces generalmente estos estudiantes desertaban del sistema escolar. (Audilio)"

"Otra cosa que recuerdo, dice don Delfin, es que en 1934 ocurrió un incendio que casi acaba con el pueblo de Quemchi. Se quemó la Iglesia local, que se mudó a lo alto del pueblo, donde no existía ni campana para llamar a los fieles a los servicios, por lo tanto el cura Efraín Pérez le ordenaba al Ñoñito  que, por orden del cura, tocara una matraca de esas que se usan para espantar a los loros de los trigales. Ñoñito se llamaba Héctor Onofre Cárcamo Cárdenas (Delfín)

Lo que nos cuentan los abuelos de Quemchi - Varsovia Viveros





miércoles, 13 de agosto de 2014

to hold or not to hold

"I don´t want you to get the idea she was a goddam icicle or something, just we never necked or horsed around much. She wasn´t. I held hands with her all the time, for instance. That doesn´t sound like much, I realize, but she was terrific to hold hands with. Most girls if you hold hands with them, their goddam hands dies on you, or else they think they have to keep moving their hand all the time, as if they were afraid they´d bore you or  something. Jane was different. We´d get into a goddam movie or something, and right away we´d start holding hands, and we wouldn´t quit till the movie was over.  And without changing the position or making a big deal out of it.  You never even worried, with Jane, whether your hand was sweaty or not. All you knew was, you were happy. You really were."

The Catcher in the Rye - J.D.Salinger


viernes, 8 de agosto de 2014

who ´s got the power?

Good evening," said the snake.
"What planet is this on which I have come down?" asked the little prince.
"This is the Earth; this is Africa," the snake answered.
"Ah! Then there are no people on the Earth?"
"This is the desert. There are no people in the desert. The Earth is large," said the snake.
The little prince sat down on a stone, and raised his eyes toward the sky.
"I wonder," he said, "whether the stars are set alight in heaven so that one day each one of us may find his
own again . . . Look at my planet. It is right there above us. But how far away it is!"
"It is beautiful," the snake said. "What has brought you here?"
"I have been having some trouble with a flower," said the little prince.
"Ah!" said the snake.
And they were both silent.
"Where are the men?" the little prince at last took up the conversation again. "It is a little lonely in the
desert . . ."
"It is also lonely among men," the snake said.
The little prince gazed at him for a long time.
"You are a funny animal," he said at last. "You are no thicker than a finger . . ."
"But I am more powerful than the finger of a king," said the snake.
The little prince smiled.
"You are not very powerful. You haven't even any feet. You cannot even travel . . ."
"I can carry you farther than any ship could take you," said the snake.
He twined himself around the little prince's ankle, like a golden bracelet.
"Whomever I touch, I send back to the earth from whence he came," the snake spoke again. "But you are
innocent and true, and you come from a star . . ."
The little prince made no reply.
"You move me to pity--you are so weak on this Earth made of granite," the snake said. "I can help you,
some day, if you grow too homesick for your own planet. I can--"
"Oh! I understand you very well," said the little prince. "But why do you always speak in riddles?
"I solve them all," said the snake.
And they were both silent."

The little Prince - Antoine de Saint Exupery




miércoles, 6 de agosto de 2014

¿hay que conocer los escritores?

"Hay personas a las que sólo conozco a través de las cartas. Es cierto que siento curiosidad por verlas, pero está lejos de ser indispensable. Y conocerlos no sería inofensivo. En eso la correspondencia nos remite a la importante cuestión literaria ¿hay que conocer los escritores?
No existe una respuesta porque existen demasiadas. Es incuestionable que algunos autores perjudican seriamente su obra. He hablado con gente que había conocido a Montherlant y que lo lamentaba:  un hombre me contó que, a consecuencia de una breve conversación con este escritor, no había sido capaz nunca más de leer esa obra que tanto admiraba debido a la repugnancia que le había provocado. En sentido opuesto, me han asegurado que la prosa de Giono era todavía más hermosa si habías tenido el placer de codearte con él.  Y luego están esos autores a los que nunca se te habría ocurrido leer si no los hubieras conocido, sin olvidar que los más numerosos, aquellos cuya presencia nos resulta tan indiferente como sus libros.
Con los corresponsales reina una idéntica ausencia de ley. Pero mi tendencia natural me empujaría a no conocerlos, menos por prudencia que por esa razón sublimemente expresada en un prefacio proustiano : la lectura permite descubrir al otro conservando esa profundidad que sólo se tiene cuando estás solo."

Una forma de vida  - Amélie Nothomb



lunes, 4 de agosto de 2014

hay que intentarlo

"- Harvey - dijo Eleanor Pope, al tiempo que le alcanzaba a su hermano un recorte de un matutino londinense del 19 de marzo -, por favor, lee esta información sobre los juguetes infantiles; trata, precisamente, sobre algunas de tus ideas relacionadas con la crianza de los niños y las influencias a las que se ven sometidos.

"En opinión del Consejo Nacional de la Paz", decía el fragmento, "Es necesario plantear serias objeciones a la costumbre de regalarles a los niños regimientos de soldados, baterías de cañones y escuadras de buques de guerra. El Consejo admite que los niños suelen tender naturalmente a gustar de la guerra y de toda la panoplia bélica... pero eso no justifica alentar, y quizás incluso dar forma permanente, a sus instintos primitivos.  En la Exhibición sobre el Bienestar del Niño, que se inaugurará en Olimpia dentro de tres semanas,el Consejo de la Paz les presentará a los padres una propuesta alternativa con su muestra de "juguetes de la paz".  Ante una representación pictórica del Palacio de la Paz de la Haya, realizada especialmente para esta ocasión, no se agruparán soldados en miniatura, sino civiles en miniaturas; no habrá cañones, sino arados e instrumentos de trabajo... Confiamos en que los fabricantes se sientan inspirados por esta exhibición, de modo que ella fructifique en las jugueterías"

- No hay duda de que la idea es interesante, y de que sus intenciones son buenas -dijo Harvey- En cuanto a si tendrá éxito en la práctica...
-Hay que intentarlo- lo interrumpió su hermana -, Vendrás a visitarnos para Pascua, y como siempre les traes algún juguete a los niños, esa será una oportunidad excelente para que des inicio al nuevo experimento.  Recorre los comercios y compra todos los juguetitos que tengan que ver con los aspectos más pacíficos de la vida civil. Por supuesto, deberás explicarles los juguetes a los niños e interesarlos en esta nueva idea. Lamento decir que el juego inspirado en el sitio de Adrianópolis que les envió la tía Susan no requirió ninguna explicación; conocían todos los uniformes, todas las banderas y hasta los nombres de los jefes respectivos, y cuando los escuché un día emplear lo que me pareció un lenguaje sumamente inconveniente, me dijeron que se trataba de voces de mando búlgaras. Por supuesto que puede haber sido cierto, pero de todas formas les quité el juego.  Ahora confío en que tus regalos de Pascua les den un nuevo estímulo y un nuevo rumbo a las mentes de los chicos.  Eric aún no ha cumplido once años, y Bertie sólo tiene nueve y medio, de manera que están en la edad en que son más susceptibles a las influencias del medio."

Juguetes para la paz - Saki


viernes, 1 de agosto de 2014

that rarest thing

"I was once obliged to study anatomy, a very dreary business, since there is neither rhyme nor reason for the vast number of things you have to remember; but one remark made by my teacher, when he was helping me in the disection of a thigh, has always remained in my memory.  I was looking in vain for a certain nerve and it needed his greater skill to discover it in a place in which I had not sought it.  I was aggrieved because the text had misled me.  He smiles and said:
"You see, the normal is the rarest thing in the world"
And though he spoke of anatomy he might have spoken with equal truth of man.  The casual observation impressed itself upon me as many a profounder one has not and all the years that have passed since then, with increasing knowledge of human nature which they have brought, have only strengthened my conviction of its truth."

On a chinese screen  - William S. Maugham