viernes, 29 de agosto de 2014

no son todos los que están

"La noche en la prisión fue una novedad interesante. Cuando entré, los presos en mangas de camisa disfrutaban charlando y tomando el  fresco de la tarde en la puerta. Pero el carcelero dijo "Vamos, muchachos, es hora de cerrar!", y todos se dispersaron y oí el sonido de sus pasos volviendo a los oscuros aposentos. El carcelero me presentó mi compañero de celda como un "individuo inteligente y de buen natural" Cuando cerraron la puerta, me enseñó dónde podía colgar el sombrero y cómo se las arreglaba uno allí dentro. Blanqueaban las celdas  una vez al mes y ésta, si no las demás, era la habitación más  limpia de toda la ciudad. Mi compañero se interesó inmediatamente por mí; quería saber de dónde era y qué me había traído aquí, y cuando se lo dije le pregunté a su vez cómo había venido él, dando por supuesto que se trataba de un hombre honrado, y tal como está el mundo, creo que lo era "Pues -dijo- me acusan de incendiar un granero, pero no lo hice".  Según pude averiguar, probablemente había ido a dormir la borrachera a un granero y al fumar allí su pipa, el granero se incendió. Tenia fama de hombre listo, llevaba tres meses esperando el juicio y tendría que esperar otro tanto aún; pero se había adaptado y aceptaba su situación puesto que le mantenían gratis y lo trataban bien."

Desobediencia civil - Henry D. Thoreau




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