viernes, 27 de junio de 2014

the pulse of the house


"Watever hour you woke there was a door shutting. From room to room they went, hand in hand, lifting here, opening there, making sure — a ghostly couple.
“Here we left it,” she said. And he added, “Oh, but here too!” “It’s upstairs,” she murmured. “And in the garden,” he whispered “Quietly,” they said, “or we shall wake them.”
But it wasn’t that you woke us. Oh, no. “They’re looking for it; they’re drawing the curtain,” one might say, and so read on a page or two. “Now they’ve found it,” one would be certain, stopping the pencil on the margin. And then, tired of reading, one might rise and see for oneself, the house all empty, the doors standing open, only the wood pigeons bubbling with content and the hum of the threshing machine sounding from the farm. “What did I come in here for? What did I want to find?” My hands were empty. “Perhaps it’s upstairs then?” The apples were in the loft. And so down again, the garden still as ever, only the book had slipped into the grass.
But they had found it in the drawing room. Not that one could ever see them. The window panes reflected apples, reflected roses; all the leaves were green in the glass. If they moved in the drawing room, the apple only turned its yellow side. Yet, the moment after, if the door was opened, spread about the floor, hung upon the walls, pendant from the ceiling — what? My hands were empty. The shadow of a thrush crossed the carpet; from the deepest wells of silence the wood pigeon drew its bubble of sound. “Safe, safe, safe,” the pulse of the house beat softly. “The treasure buried; the room . . . ” the pulse stopped short. Oh, was that the buried treasure?"

The haunted house - Virginia Woolf


martes, 24 de junio de 2014

lo que aprecia un gran hombre

"Aun estando muy lejos de divertirme, como ya dije, tampoco me aburro, pues ando ocupado; y, además, gusto de un placer más dulce, más elevado del que puede darme la sociedad, y es la satisfacción que dan la conciencia tranquila, la introversión y la convicción de que hay éxitos, de que en mí se despiertan buenos, magnánimos sentimientos. Antes yo me enorgullecía de mi inteligencia, mi posición en el mundo y mi apellido; pero hoy por hoy reconozco y siento que, si por un don divino hay en mí alguna virtud, no es otra cosa que el buen corazón, limpio y amoroso, con que Dios a tenido a bien dotarme y conservar hasta ahora; y gracias al cual tengo dulces alegrías y, privado de cualesquier deleite y cualquier sociedad, no sólo estoy satisfecho de mi vida, sino también, a veces, enteramente, feliz.  Pronto se cumplirán cinco meses de mi ingreso al ejército, y dentro de un mes podría ser ascendido; pero yo sé que pasarán seis meses, y aun más, antes de obtener el grado. Pero, hablando en conciencia, eso me es del todo indiferente; sólo me preocupa la necesidad de ir a Petersburgo, y no tener con qué."

Cartas - León Tolstoi


viernes, 20 de junio de 2014

lugares privilegiados

"Servía de dormitorio a la gran duquesa la alcoba nupcial, una habitación pentagonal pintada de vivísimos colores, con una hermosísima vista sobre los bosques, las colinas y la curva del río a través de su soberbia ventana; habitación que aparecía adornada con un  friso de retratos ovales de novias principescas que en tiempos pasados esperaron aquí a su señor.  Aquí yacía Dorotea agarrada con sólidas cintas atadas a los pies de la cama, a manera de niño que juega al cochero, mientras su cuerpo exuberante y bello llevaba a cabo un rudo trabajo. La comadrona, doctora Guadebusch, una mujer culta y suave, con manos finas, pequeñas, cuyos ojos oscuros poseían un brillo misterioso a través de los gruesos cristales redondos de los lentes, ayudaba a la princesa, diciéndole:
- Ahora, pujad, pujad fuerte, alteza real!  ... Viene de prisa....Viene sin dificultad....La segunda vez....Esto no es nada.  Dignaos separar las rodillas...¡Siempre la barbilla contra el pecho!
La enfermera, igualmente vestida de lienzo blanco, ayudaba también, y durante las pausas iba y  venía de puntillas, con vasijas y vendajes, de un sitio para otro.  El médico de cabecera, con la bata de operaciones sobre el uniforme de médico jefe, vigilaba el parto; era un hombre sombrío, con barba gris, y cuyo párpado izquierdo parecía inmóvil. De cuando en cuando aparecía en la alcoba nupcial para darse cuenta de los progresos del parto la dama de confianza de Dorotea, camarera mayor de Palacio, baronesa von Schulenburg-Tressen, una señora corpulenta y asmática, de aspecto cursi, y que, sin embargo, acostumbraba presentarse en los bailes de Palacio con sus inmensos pechos al descubierto. Besaba la mano a su señora y tornábase a una habitación apartada, donde algunas flacas camareras conversaban con el gentilhombre de cámara, un conde Windich, que estaba de servicio. El doctor Sammet, que se había echado la bata blanca a la manera de un dominó sobre el frac permanecía en actitud discreta y atenta junto a la mesa tocador."

Alteza real - Thomas Mann



miércoles, 18 de junio de 2014

entre lo establecido y el azar

"K. caminó hacia la escalera para llegar a la sala de sesiones del tribunal, pero se detuvo al comprobar que, aparte de ésa, por la que se disponía a subir, arrancaban del patio tres escaleras más y por añadidura un pequeño corredor que debía conducir a un segundo patio. K. se irritó a causa de que no se le hubieran dado datos más precisos  acerca de la situación de la sala en que debía presentarse; ello revelaba el descuido o indiferencia con que se le trataba; concibió la resolución de protestar con firmeza contra semejante abuso. Por último, se decidió a subir por la primera escalera recordando las palabras del guardia Willem, quien le había dicho que la justicia es atraída por los delitos, de lo que se deducía que la sala de los tribunales tenía por fuerza que encontrarse en el camino de aquella escalera que K. había elegido al azar"

El proceso - Franz Kafka




lunes, 16 de junio de 2014

Dios se vuelve hombre

"Con Caín, la primera rebelión coincide con el primer crimen. La historia de la rebelión, tal como la vivimos hoy, es mucho más la de los hijos de Caín que la de los discípulos de Prometeo.  En este sentido, es el Dios del Antiguo Testamento, sobre todo, quien movilizará la energía rebelde. Inversamente, es preciso someterse al dios de Abraham, de Isaac y de Jacob cuando se ha recorrido, como Pascal, la carrera de la inteligencia en rebelión. El alma que más duda es la que aspira al mayor jansenismo.
Desde este punto de vista el Nuevo Testamento puede ser considerado como un intento de responder, por anticipado, a todos los Caínes del mundo, suavizando la figura de Dios y suscitando un intercesor entre él y el hombre. Cristo ha venido a resolver dos problemas principales, el mal y la muerte, que son precisamente los problemas de los rebeldes. Su solución ha consistido en primer lugar, en cargar con ellos. Ni el mal ni la muerte no le son ya absolutamente imputables, puesto que ha sufrido y muerto. La noche del Gólgota no tiene tanta importancia en la historia de los hombres más que porque en estas tinieblas la divinidad, abandonando ostensiblemente sus privilegios tradicionales, ha vivido hasta el final, incluida la desesperanza, la angustia de la muerte. Así se explica el Lama sabactani y la horrorosa duda de Cristo en la agonía. La agonía sería ligera si estuviese mantenida por la esperanza eterna. Para que el dios sea hombre es preciso que desespere."

Ensayos -El hombre rebelde-  - Albert Camus


jueves, 12 de junio de 2014

pegada al suelo

"Hoy como nunca te extraño y te deseo Diego, tu gran corpachón llenaba todo el estudio.  No quise descolgar tu blusón del clavo en la entrada:  conserva aún la forma de tus brazos, la de uno de tus costados. No he podido doblarlo ni quitarle el polvo por miedo a que no recupere su forma inicial y me quede yo con un hilacho entre las manos. Entonces, sí, me sentaría a llorar. La tela rugosa me acompaña, le hablo. Cuántas mañanas he regresado al estudio y gritado:  "¡Diego, Diego!" cómo solía llamarte, simplemente porque desde la escalera atisbo ese saco colgado cerca de la puerta y pienso que estás sentado cerca de la estufa o miras curioso por la ventana."

Querido Diego, te abraza Quiela - Elena Poniatowska


martes, 10 de junio de 2014

entre lo humano y lo divino

"Un domingo, encontrándose con sus padres y hermanos en el templo de Santa María, el pastor Kölling púsose a disertar , con voz sonora, sobre aquel tema de la Escritura que afirma que la mujer dejará padre y madre para seguir a su marido, y lo atacó el hombre con tales bríos que pronto empezó a perder los estribos, Tony, asustada, le miró perpleja, como sospechando vagamente...No; a Dios gracias, el sacerdote tenía la cabeza vuelta en otra dirección y era claro que predicaba, en general, a la devota muchedumbre; sin embargo,  veía palpablemente que aquel sermón era un nuevo ataque contra ella y que cada palabra era una alusión. "La jovencita, casi niña -peroraba-, que sin voluntad propia y sin objetivo definido se empeña en resistir a los consejos bienintencionados de sus padres es merecedora de castigo, y el Señor la escupiría."  Al pronunciar estas palabras, perteneciente a la categoría de aquellas tan del agrado del pastor, que las pronunciaba el santo varón  con gran entusiasmo, simultáneamente con una penetrante mirada y un pavoroso gesto de la mano, que no pasaron inadvertidos por Tony... Vió, además, cómo su madre levantaba el brazo, cual si quisiera decir:  " ¡Bueno! ¡ Pero no tan bruscamente !"  Ya no cabía duda que el pastor Kölling se había puesto de acuerdo con alguno de los dos.  Avergonzada y cabizbaja, permaneció en su sitio, sintiendo como si las miradas de todo el mundo estuvieran fijas en ella, y el domingo siguiente se negó en redondo a ir a la iglesia. "

Los Buddenbrook - Thomas Mann



jueves, 5 de junio de 2014

una gestión prioritaria

"Harry empujó el revólver al fondo de su bolsillo. Dijo:
-  Nosotros solíamos reírnos de los viejos, ya sabéis. Tenían sus rarezas, pero tenían razón en algunas cosas. Mi padre nunca contrataba a nadie a que no pudiera vencer con sus propias manos. Me decía: "Harry, si tienes que contratar a alguien que va a estar cerca de ti en la casa o en la oficina, olvídate de los méritos y las recomendaciones. Eso para lo último. La primera pregunta que debes hacerte es : Si surgiera la ocasión ¿sería capaz de partirle la cara a este hombre?
Ahora mandan a la gente a Estados Unidos para conseguir diplomas en gestión del personal y ese tipo de chorradas. Cuando la única gestión de personal que hay que saber es si podrías partirle la cara al tipo.
Ahora me oyes hablar así, pero ¿sabes qué? Tengo a ese negro enorme, corpulento, ancho de hombros, dando vueltas por mi casa y mi jardín. Y de verdad te digo, Jane, me da miedo darle los buenos días a Joseph."

Guerrilleros - V.S. Naipaul