martes, 10 de junio de 2014

entre lo humano y lo divino

"Un domingo, encontrándose con sus padres y hermanos en el templo de Santa María, el pastor Kölling púsose a disertar , con voz sonora, sobre aquel tema de la Escritura que afirma que la mujer dejará padre y madre para seguir a su marido, y lo atacó el hombre con tales bríos que pronto empezó a perder los estribos, Tony, asustada, le miró perpleja, como sospechando vagamente...No; a Dios gracias, el sacerdote tenía la cabeza vuelta en otra dirección y era claro que predicaba, en general, a la devota muchedumbre; sin embargo,  veía palpablemente que aquel sermón era un nuevo ataque contra ella y que cada palabra era una alusión. "La jovencita, casi niña -peroraba-, que sin voluntad propia y sin objetivo definido se empeña en resistir a los consejos bienintencionados de sus padres es merecedora de castigo, y el Señor la escupiría."  Al pronunciar estas palabras, perteneciente a la categoría de aquellas tan del agrado del pastor, que las pronunciaba el santo varón  con gran entusiasmo, simultáneamente con una penetrante mirada y un pavoroso gesto de la mano, que no pasaron inadvertidos por Tony... Vió, además, cómo su madre levantaba el brazo, cual si quisiera decir:  " ¡Bueno! ¡ Pero no tan bruscamente !"  Ya no cabía duda que el pastor Kölling se había puesto de acuerdo con alguno de los dos.  Avergonzada y cabizbaja, permaneció en su sitio, sintiendo como si las miradas de todo el mundo estuvieran fijas en ella, y el domingo siguiente se negó en redondo a ir a la iglesia. "

Los Buddenbrook - Thomas Mann



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