lunes, 4 de agosto de 2014

hay que intentarlo

"- Harvey - dijo Eleanor Pope, al tiempo que le alcanzaba a su hermano un recorte de un matutino londinense del 19 de marzo -, por favor, lee esta información sobre los juguetes infantiles; trata, precisamente, sobre algunas de tus ideas relacionadas con la crianza de los niños y las influencias a las que se ven sometidos.

"En opinión del Consejo Nacional de la Paz", decía el fragmento, "Es necesario plantear serias objeciones a la costumbre de regalarles a los niños regimientos de soldados, baterías de cañones y escuadras de buques de guerra. El Consejo admite que los niños suelen tender naturalmente a gustar de la guerra y de toda la panoplia bélica... pero eso no justifica alentar, y quizás incluso dar forma permanente, a sus instintos primitivos.  En la Exhibición sobre el Bienestar del Niño, que se inaugurará en Olimpia dentro de tres semanas,el Consejo de la Paz les presentará a los padres una propuesta alternativa con su muestra de "juguetes de la paz".  Ante una representación pictórica del Palacio de la Paz de la Haya, realizada especialmente para esta ocasión, no se agruparán soldados en miniatura, sino civiles en miniaturas; no habrá cañones, sino arados e instrumentos de trabajo... Confiamos en que los fabricantes se sientan inspirados por esta exhibición, de modo que ella fructifique en las jugueterías"

- No hay duda de que la idea es interesante, y de que sus intenciones son buenas -dijo Harvey- En cuanto a si tendrá éxito en la práctica...
-Hay que intentarlo- lo interrumpió su hermana -, Vendrás a visitarnos para Pascua, y como siempre les traes algún juguete a los niños, esa será una oportunidad excelente para que des inicio al nuevo experimento.  Recorre los comercios y compra todos los juguetitos que tengan que ver con los aspectos más pacíficos de la vida civil. Por supuesto, deberás explicarles los juguetes a los niños e interesarlos en esta nueva idea. Lamento decir que el juego inspirado en el sitio de Adrianópolis que les envió la tía Susan no requirió ninguna explicación; conocían todos los uniformes, todas las banderas y hasta los nombres de los jefes respectivos, y cuando los escuché un día emplear lo que me pareció un lenguaje sumamente inconveniente, me dijeron que se trataba de voces de mando búlgaras. Por supuesto que puede haber sido cierto, pero de todas formas les quité el juego.  Ahora confío en que tus regalos de Pascua les den un nuevo estímulo y un nuevo rumbo a las mentes de los chicos.  Eric aún no ha cumplido once años, y Bertie sólo tiene nueve y medio, de manera que están en la edad en que son más susceptibles a las influencias del medio."

Juguetes para la paz - Saki


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