miércoles, 22 de abril de 2015

una piel privilegiada

"Aquella mañana Mildred vestía un jersey y una falda de pliegues y calzaba zapatos bajos. El abrigo de pieles de mistress Pritchard colgaba de un gancho, cerca de su marido. Era costumbre de éste cuidar de esa prenda y ayudar a su mujer a quitársela y a ponérsela. Estaba encantado con el abrigo:  le gustaba que fuese caro, le agradaba ver cómo su esposa lo lucía y le complacía escuchar a otras mujeres hacer comentarios sobre la prenda. El zorro negro era relativamente raro y el abrigo constituía una prenda valiosa. Por lo tanto, procuraba cuidarlo todo lo posible. Fue le primero que indicó que sería conveniente guardarlo, porque México era un país tropical y porque estaría el peligro de que lo robaran los bandidos. Mrs. Pritchard sostuvo que debia llevarlo porque, en primer lugar, visitarían Los Angeles y Hollywood, donde todas lucían abrigos de pieles, y luego porque en la capital de México hacía bastante frío por las noches, según había oído. Antes estas razones capituló enseguida; para él, lo mismo que para su esposa el abrigo era el distintivo de su posición social. Evidentemente les situaba entre la gente conservadora, bien acomodada y sensata. En todas partes se es objeto de más consideración cuando se lleva un abrigo de pieles y un bonito equipaje."

El ómnibus perdido - John Steinbeck














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