"Entré una tarde en una camisería conocida con el fin de comprar una corbata. El empleado, que no estaba atendiendo a nadie, y que me conocía desde hacía mucho tiempo, me saludó jovialmente. "Buenas tardes, señor doctor". "No soy doctor, le dije, y era verdad. ¿Por qué me considera doctor?" "Ah, yo realmente pensaba...", respondió él tranquilamente.
Pedí corbatas, escogí la que más me gustaba, pagué. En ese momento, el otro empleado, que también me conocía de antiguo, se acercó a su colega. "Buenas tardes", les dije a ambos. Los dos empleados se inclinaron amables y sincrónicos y, como uno solo, respondieron: "Buenas tardes, señor doctor, y muchas gracias".
Yo, el doctor - Fernando Pessoa
Pedí corbatas, escogí la que más me gustaba, pagué. En ese momento, el otro empleado, que también me conocía de antiguo, se acercó a su colega. "Buenas tardes", les dije a ambos. Los dos empleados se inclinaron amables y sincrónicos y, como uno solo, respondieron: "Buenas tardes, señor doctor, y muchas gracias".
Yo, el doctor - Fernando Pessoa
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