viernes, 31 de octubre de 2014

deseos cumplidos

"Recordé haber escuchado a Elliot que quería ser enterrado con su traje de máscara, pero lo tomé por un capricho pasajero y no se me ocurrió que lo dijera en serio. Joseph insistió en que sus deseos se cumplieran, y yo no vi razón alguna para impedirlo. Fue embalsamado  y luego fui yo con Joseph a  vestirlo con aquellas absurdas ropas. Resultó macabra la operación. Metimos las larguiruchas piernas en las sedeñas calzas, ajustándole luego los gresgüescos de tisú de oro. No fue sencillo meterle los brazos en las mangas del jubón. Colocamos en su lugar la gran gola almidonada y le echamos por los hombros la capa de seda.  Finalmente le tocamos con la gorra y le rodeamos el cuello con el Toisón. El embalsamador le había pintado mejillas y labios con carmín. El pobre Elliot, harto holgada la vestimenta para su encogido cuerpo, parecía un miembro del coro en una ópera de Verdi. ¡Triste Quijote de deleznable propósito! Cuando dos empleados de la funeraria lo metieron en su ataúd  le coloqué la espada de guardarropía a lo largo de su cuerpo consumido, entre las piernas, con las manos descansando sobre el pomo, como había visto yo en la tumba de cierto cruzado."

Al filo de la navaja - W. S. Maugham



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