miércoles, 15 de octubre de 2014

sin lloriquear

"El estado nunca se enfrenta voluntariamente con la conciencia intelectual o moral de un hombre sino con su cuerpo, sus sentidos. No se arma de honradez o de inteligencia sino que recurre a la simple fuerza física.  Yo no he nacido para ser violentado. Seguiré mi propio camino. Veremos quién es el más fuerte. ¿Qué fuerza tiene la multitud? Sólo pueden obligarme aquellos que obedecen a una ley superior a la mía. Me obligan a ser como ellos. Yo no oigo que a los hombres los obligen a vivir de tal o cual manera las masas. ¿Qué vida sería esa? Cuando veo que un gobierno me dice: "La bolsa o la vida", ¿porqué voy a apresurarme a darle mi dinero? Puede que se halle en grandes aprietos y no sepa qué hacer:  yo no puedo hacer nada por él; debe salvarse a sí mismo, como hago yo. No merece la pena lloriquear. Yo no soy el responsable del buen funcionamiento de la máquina de la sociedad. Yo no soy hijo del maquinista. Observo que cuando una bellota y una castaña caen al lado, una no permanece inerte para dejar espacio a la otra, sino que ambas obedecen sus propias leyes y brotan y crecen y florecen lo mejor que pueden, hasta que una acaso ensombrece y destruye a la otra. Si una planta no puede vivir de acuerdo con su naturaleza, muere, y lo mismo le ocurre al hombre"

Desobediencia civil - Henry D. Thoreau



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