jueves, 3 de julio de 2014

tan simple como el hambre

"No sé si a otros les pasará lo mismo, pero lo cierto es que no puedo contemplar la belleza durante mucho tiempo. A mi juicio, no hay poeta que haya hecho una afirmación más falsa que Keats cuando escribió el primer verso de Endymion.  Cuando la belleza me ha proporcionado la magia de su sensación, mi mente comienza a vagar; escucho incrédulo a esas personas que dicen que pueden mirar embelesadas un cuadro o un paisaje por horas y horas.  La belleza es un éxtasis; es tan simple como el hambre. En realidad, hay muy poco que decir sobre ella.  Es como el perfume de una rosa, que uno lo huele y ya está; es por eso que las críticas sobre el arte, excepto en los casos en que nada tiene que ver con la belleza, y por lo tanto con el arte, son muy aburridas.  Todo lo que la crítica puede decirnos con respecto al Entierro de Cristo de Tiziano es aconsejarnos que lo vayamos a ver, por ser, de todos los cuadros del mundo, el que tenga tal vez una belleza más pura. Lo demás no es nada más que historia, biografía, o qué sé yo.  Pero la gente agrega otras cualidades a la belleza - sublimidad, interés humano, ternura, amor -, precisamente porque la belleza no tiene nada de todo eso. La belleza es perfecta, y la perfección -tal es la naturaleza humana- mantiene nuestra atención por muy poco tiempo. El matemático que después de ver Fedra  preguntó: "Qu'est-ce que ca prouve ?" * no era tan tonto como se le creía.  Nadie jamás ha sido capaz de explicar porqué el templo dórico de Paestum es más hermoso que un vaso de cerveza helada, excepto cuando se saca a colación que nada tienen que ver uno y otro con la hermosura. La belleza es un aliado ciego. Es como la cima de una montaña que, una vez alcanzada, no nos conduce a ninguna parte. Es por eso que al final nos embelesamos más con el Greco que con Tiziano, como también con el incompleto logro de Shakespeare que con el éxito consumado de Racine. Demasiado se ha escrito ya  sobre la belleza. Por ello, he querido agregar unas líneas más. La belleza satisface el instinto estético, pero ¿quién desea satisfacerse? Sólo los zopencos aspiran a darse un festín. Reconozcámoslo:  la belleza es un poco aburrida."

* ¿Qué demuestra esto?

La esposa imperfecta - W.  Somerset Maugham




No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Nota: sólo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.