viernes, 16 de mayo de 2014

desafiando los siglos

"La finca le pareció bastante importante:  dos bosques, uno de olmos, otro de pinos, flanqueaban como dos alas, una clara, otra oscura, la casa de madera con entresuelo, tejado rojo y muros de color gris sucio. Parecía una edificación para colonos alemanes o militares. Se podía adivinar que, al construirla, el arquitecto, pedante defensor de la simetría, había chocado con los gustos del dueño. Este, dado a la vida cómoda, había condenado todas las ventanas de un lado, sustituyéndolas por un tragaluz que daba sin duda a una oscura despensa. El frontón no ocupaba el centro de la fachada. El arquitecto había tropezado aquí con la tozudez del propietario.  Se había suprimido una columna. Solo quedaban tres. Una verja de madera con gruesos barrotes rodeaba el patio.
El dueño parecía apreciar la soledad por encima de todo. Las cuadras, las cocheras, las dependencias estaban construidas con vigas macizas que desafiaban los siglos. Las casas de los campesinos atraían muchas miradas:  hermosas isbas de madera, sin adornos calados, pero muy bien armadas. El brocal del pozo había sido tallado de madera de roble, en forma de molino o de navío. En una palabra, todo lo que vio Chichikov estaba muy en su sitio y revelaba solidez, anchura y fuerza."

Almas muertas - Nikolái Gógol


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