"Mujeres menos descaradas dan, sin embargo, un nombre cariñoso al sexo del niño, le hablan de él como de una personita que fuese a la vez él mismo y otro distinto; según la frase citada, hacen de él, "un alter ego por lo general más astuto, más inteligente y más hábil que el individuo en cuestión".
Anatómicamente, el pene es perfectamente apto para desempeñar ese papel: destacado del cuerpo, se presenta como un juguetito natural, una especie de muñeco. De modo que se valorizará al niño al valorizar a su doble. Un padre me contaba que uno de sus hijos, a la edad de tres años, todavía orinaba sentado, rodeado de sus hermanas y primas, era un niño tímido y triste; un día su padre lo llevó consigo al cuarto de aseo y le dijo: "Voy a enseñarte cómo lo hacen los hombres". A partir de entonces, el niño, orgulloso por orinar de pie, despreció a las niñas, "que orinaban por un agujero", su desdén provenía originariamente, no del hecho de que a ellas les faltase un órgano, sino porque no habían sido distinguidas e iniciadas por su padre."
El segundo sexo - Simone de Beauvoir
Anatómicamente, el pene es perfectamente apto para desempeñar ese papel: destacado del cuerpo, se presenta como un juguetito natural, una especie de muñeco. De modo que se valorizará al niño al valorizar a su doble. Un padre me contaba que uno de sus hijos, a la edad de tres años, todavía orinaba sentado, rodeado de sus hermanas y primas, era un niño tímido y triste; un día su padre lo llevó consigo al cuarto de aseo y le dijo: "Voy a enseñarte cómo lo hacen los hombres". A partir de entonces, el niño, orgulloso por orinar de pie, despreció a las niñas, "que orinaban por un agujero", su desdén provenía originariamente, no del hecho de que a ellas les faltase un órgano, sino porque no habían sido distinguidas e iniciadas por su padre."
El segundo sexo - Simone de Beauvoir