miércoles, 3 de septiembre de 2014

rituales de sumisión

"La viuda poseía una viña en las colinas toscanas, y, según recuerdo, el Chianti que elaboraba es el mejor que he probado en Italia.  Su hija me daba clases de italiano todos los días. Aunque en ese entonces me pareció una mujer madura, no creo que superara los veintiséis años de edad. Había vivido momentos difíciles: su prometido, un oficial, había muerto en Abisinia, por lo que se había visto consagrada a la virginidad. Se daba por sentado que cuando falleciera su madre (una dama jovial de pecho abundante, con el cabello cano y sin la menor intención de morirse, ni un día antes de lo que el Señor estimara conveniente), Ersilia ingresaría en un convento. Sin embargo, la joven aguardaba ese momento con alegría. Le encantaba reír. Nos lo pasábamos muy bien a la hora de comer y cenar, pero se tomaba las clases en serio, y cuando yo cometía un fallo estúpido o no prestaba atención, me golpeaba los nudillos con una regla negra. Me habría indignado que me tratase como un crío de no haber sido porque me recordaba a los pedagogos chapados a la antigua sobre los que había leído en libros y que tanta gracia me hacían."

El velo pintado - William Somerset Maugham


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