viernes, 13 de mayo de 2016

paseo inocente


“_Disculpe señorita ¿puedo invitarla a pasear?
-Sí-respondió atolondrada, deprisa, antes de que él cambiara de idea.
-Si me permite ¿cuál es su nombre?
-Macabea.
-Maca ¿qué?
-Bea- se vio obligada a completar.
Disculpe pero parece el nombre de una enfermedad, de una enfermedad de la piel.
Los dos ignoraban cómo se pasea. Caminaron bajo la lluvia densa y se detuvieron delante del escaparate de una ferretería donde había expuesto caños, latas, tornillos grandes y clavos.
Macabea, temerosa de que el silencio ya significase una ruptura, dijo al recién enamorado:
-A mí me gustan mucho los tornillos y los clavos ¿y a usted?"

La hora de la estrella - Clarice Lispector


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