viernes, 19 de febrero de 2016

certezas

"Encontré respeto cuando me volví independiente, dejé de aferrarme. Conseguí que mi propia felicidad no dependiera desesperadamente de los demás.
Se desvanecieron las esperanzas y exigenciasa en la conducta de los demás para alcanzar mi propia seguridad. No totalmente. Pero, nunca volví al estado anterior.
El dolor se convirtió -si se quiere- en alegría.
Creo que ciertas experiencias son ahora menos frecuentes, pero llevo una vida más armoniosa.
Así es como funciona para mí.
Creo que esa felicidad abrumadora, cuando todo el mundo está lleno de fragancia y el sol brilla y uno se siente casi inconsciente por efecto de la emoción, me sobreviene con menos frecuencia.
Pero existe. Siempre tendré conciencia de que existe. Sin embargo, no me preocupa  que no forme parte de mi vida cotidiana.
Ya no creo en un estado permanente de felicidad. ¿Cómo puede medirse la felicidad?
Yo creo que es bueno reconocer el sentido del momento y saber aceptarlo como un regalo.
Doy a luz a un niño por primera vez. Este suceso de proporciones ilimitadas no se repetirá, pero engrandece todo lo que llegaré a sentir más tarde.
Me siento a la luz de una vela y creo que nunca hubiera percibido su llama temblorosa como lo hago ahora si no hubiera visto a Linn venir al mundo.
Abandoné Farö y mis raíces no pudieron aferrarse a la tierra, pero están plantadas para siempre en las experiencias que me aportó la isla.
La felicidad no  es el único don. Creo que acepto eso.
Yo creo que éste es el cambio más importante que he experimentado."

Senderos - Liv Ullman



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